Si eres de los que uno de sus placeres en la época de los 80´s era disfrutar de las animaciones y caricaturas que nos ofrecía la televisión en aquellas tardes después de la escuela, entonces recordarás con gusto a este singular personaje conocido como El Pájaro Loco.
El Pájaro Loco o el Pájaro Carpintero (como mejor lo recuerdes) quien nos divertía con fantásticas aventuras y chistes de pastelazo en conjunto con sus amigos (quien no recuerda a personajes adorables como Chilly Willy o Pablo Morsa) era una caricatura realizada por Walter Lantz, y quien era el encargado de traernos las singulares y locas aventuras de este personaje.
Pues bien, el tiempo ha pasado y ahora en este 2018 tenemos el estreno en pantalla grande de las aventuras de este extravagante pájaro carpintero, quien ahora gracias a la animación en computadora convive en un entorno real y con personas de verdad, teniendo como escenario el bosque donde habita nuestro querido y emplumado amigo.
Es aquí donde podemos decir que la historia inicia, la idea es de que la familia llega a este bosque con intenciones de construir una casa, y donde por obviedad, necesitarán la madera talando y destruyendo a su paso todo lo que encuentran, incluyendo la adorada casa de nuestro emplumado amigo. Esta es la historia a grandes rasgos ya que de aquí parten las escenas chuscas y los momentos de diversión, los cuales los tiene y creo que a los niños les encantará por el tipo de humor y por el tipo de personaje que se nos presenta, pero siendo honesto lo que tenemos aquí es una deficiente película de animación con momentos un tanto sencillos o simples, y quedándonos a deber incluso a nivel de efectos visuales, (es muy injusto ver lo que se logra de un lado con cintas de animación que mezclan CGI con Live Action como Alvin y las Ardillas o Los Pitufos), y después ver el nivel de calidad que nos ofrecen en esta película.
En conclusión, esta cinta es para un público infantil donde sin problema disfrutarán de la comicidad más sin embargo, se debe aclarar que ningún público se debe menospreciar y entregar productos de una calidad que sea muy baja con respecto a otras entregas.