Así es, nuestro querido Matt Damon regresa y ahora él es el que debe salvar a toda la antigua civilización china de unos extraños y horribles monstruos que aparecen cada 60 años, los «Taoties».

Dirigida por Zhang Yimou esta película nos cuenta la historia de William (Matt Damon) y Tovar (Pedro Pascal) un par de mercenarios con el único propósito de hacerse del legendario invento chino, la pólvora; y quienes se distinguen únicamente por solo buscar el bienestar propio y cuidar de si mismos.

Es así como después de un cierto altercado quedan atrapados en una cueva y donde para sobrevivir deben enfrentar a una extraña y terrible criatura, y que sin mayor problema logran deshacerse de ella.



Teniendo pruebas de la victoria de su enfrentamiento deciden llegar hasta la gran muralla donde planean hacerse de el elemento que han ido a buscar, pero para su sorpresa se dan cuenta en realidad del gran peligro que enfrentan en ese lugar, y del poderío del enemigo el cual tiene miles de criaturas todas comandadas por una reina, la cual tiene el poder de comandar a todas las criaturas y que es prácticamente invencible pese a las extraordinarias defensas y avanzados ataques con los que cuenta la Orden sin Nombre, una organización secreta militar china encargada de defender la ciudad de tan temible enemigo.

Y es aquí donde la historia y la acción toman forma y comienza a volverse un descubrimiento tras otro, tanto de parte del enemigo como de la misma Orden, y al mismo tiempo se vuelve un tanto predecible, ya que mientras acompañamos a William mientras va conociendo más y más de la cultura que se encuentra frente a él; debe decidir entre seguir su plan inicial y huir del lugar en compañía de sus compañeros y el gran tesoro que han encontrado, la pólvora negra; o quedarse y pelear al lado de sus nuevos amigos pero sobre todo de la bellísima y nueva capitana Lin (Jing Tian).



Con un desborde de efectos visuales (pensando que el presupuesto de esta película fue de 135 millones de dólares) podemos decir que es un deleite visual y en este punto algo que debo recalcar el buen gusto del director por dar color a cada una de sus películas, y esta es una más de ellas, ya que logra dar color tanto a armaduras como a elementos decorativos del palacio, dando así, una acercamiento a la cultura propia y de la cual se siente orgulloso de mostrar en ésta que es su primera película en idioma extranjero.

Esta película es una buena elección para pasar un domingo en el cual uno se quiera distraer de la vida cotidiana teniendo como objetivo no mayor el esparcimiento sin mayor pretensión que eso.