Parece ser que de muy de vez en cuando los estudios deciden seguir haciendo dinero con películas que de una u otra forma consideran que fueron un éxito, (hablando de sus bolsillos), y en este entendimiento dan luz verde a secuelas para llenar esos pequeños huecos durante el año que dejan los blockbusters, y así, cautivar de alguna manera, al público asiduo que busca entretenimiento en las salas de cine.

Rowan Atkinson, quien hiciera cierta fama en nuestro país con el personaje de Mr Bean, regresa a ser (una vez más), un agente secreto, donde (según el trailer), lo que nos traerá serán momentos de diversión y risas al por mayor.

Como ya es costumbre y por lo que hemos visto en las películas anteriores, (y sobre todo por parte de Rowan), en general tenemos lo mismo que ha gustado de sus películas, toneladas de gestos y caras graciosas por parte del Rowan, y cientos de situaciones chuscas que resultan predecibles después de los primeros minutos, y que, pese a esto, resultan en carcajadas por lo irreal de las situaciones.



En síntesis y sin menospreciar el trabajo que se lleva este tipo de filmaciones, tenemos un producto que, su mayor objetivo, es hacernos pasar un rato agradable y despejarnos la mente de las presiones y la cotidianidad, y después de todo, para eso necesitamos el entretenimiento.